SÁBADO DE BENDICIÓN
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están
unidos a Cristo Jesús, pues por medio de Él la ley del espíritu de vida me ha
librado de la ley del pecado y de la muerte. Rom 8:1-2 NVI.
En el desarrollo de los pensamientos que el
apóstol Pablo deja escritos en estos textos nos da a entender que únicamente hay
una forma de escapar de las condiciones de pecado y de muerte que tienen al
hombre esclavizado y que le provocan mucho sufrimiento y mucha incertidumbre y
la forma de escapar a esta condición es por medio de nuestro señor Jesucristo.
Dice el apóstol pablo que la única
libertad verdadera nos la otorga la ley del espíritu de vida y esta ley
del espíritu de vida es la presencia de Jesús en nuestra vida, esta ley nos
libra de la otra ley, de la ley del pecado y de la muerte.
Encontramos pues, que el apóstol Pablo nos habla de dos leyes; la
primera es la vieja ley, esta ley dice Pablo únicamente nos trajo
muerte, en el desarrollo de los pensamientos de Pablo nos esta diciendo que la
vieja ley únicamente tiene la consigna de declararnos culpables, ya que esa no
puede darnos vida sino muerte, porque por medio de esa ley queda de manifiesto lo
culpables que somos, ese es el verdadero objetivo de la ley antigua, esta
existe para que pueda existir la gracia, para que el hombre no se llene de
gloria, también dice el apóstol pablo que es buena ya que cumple con su
objetivo.
Por otro lado esta la ley del espíritu de vida, esta ley es
propiamente el espíritu santo de Dios del cual somos revestidos por aceptar a Jesús
como nuestro salvador y nuestro guía en nuestra vida, dice nuestro Señor Jesús
que Él miso hace morada en cada persona por medio de su espíritu y este poder
nos da vida librándonos de la ley del pecado, dándonos fortaleza y ayudándonos a
escapar en parte por nuestro esfuerzo y en parte por la gracia de Dios actuando
en nuestras vidas de la muerte a la cual nos arrastra la antigua ley.
Lo mas importante de esto es que ya no hay ninguna condenación, esta
declaración es de gran trascendencia pero también de gran dolor y tristeza, es
una gran bendición saber que todos únicamente por fe en Jesús ya no tenemos condenación
somos libres de toda culpa, pero la otra parte es la tristeza en aquellos que
buscaron ser diferentes por medio de tratar de guardar rigurosamente la ley, En cambio Israel, que iba
en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la
fe, sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso
tropezaron con la «piedra de tropiezo», Rom. 9:31-32 NVI,
estos cayeron en la vanagloria de tratar de ganar el favor de Dios con sus
obras y dejaron de lado la fe, el creer plenamente y confiar en la transformación
de vida que puede dar por medio de su espíritu nuestro Señor Jesús.
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