traductor

domingo, 21 de junio de 2020

CUIDA MI VIDA SEÑOR


DOMINGO DE ORACIÓN

No dejes que me arrastre la corriente; no permitas que me trague el abismo, ni que el foso cierre sus fauces sobre mí. Sal 69:15 NVI

    La fragilidad que nos caracteriza no nos asegura permanecer de pie en los tiempos de angustia, reconocernos débiles es un gran paso para permitir que Dios nos cubra con su protección.

    El salmista pide a Dios ser protegido y blindando contra tres peligros que acechan su vida, el primero es: no dejes que me arrastre la corriente; aunque posiblemente el salmista tenía un carácter de principios y de fe muy fuertes, en el tiempo de la angustia el sentía como en su propia convicción empezaba a dudar y sentía como todo lo que en otros tiempos había sido para Él una fortaleza firme ahora se empezaba a tambalear.

  Este primer peligro tiene que ver con la fuerza interna de cada persona, con la convicción y la fe, hasta el salmista que tenia una vida espiritual muy fortalecida en Dios sentía que en cualquier momento sus propias dudas internas podrían ponerlo en problemas y desfallecer, por eso le pide a Dios que no permita que las corrientes lo arrastren, en nuestras oraciones diarias pidamos a Dios que nos de su fortaleza para que las corrientes, dudas y angustias no nos arrastren.

El segundo peligro es: no permitas que me trague el abismo; literalmente significa el poso profundo o las profundidades de la obscuridad; el primer peligro tiene que ver con el inicio de la cadena de peligros que pueden hundir y destrozar al ser humano, en el primer peligro el salmista pide que le permite permanecer de pie, en este segundo peligro la vida misma del hombre ha tomado un giro diferente y empieza a caer en el fondo del abismo, todas la emociones están siendo atrapadas y arrastradas hacia el lugar de no retorno.

   Muchas veces y casi en su mayoría el primer eslabón es el primer peligro donde los pensamientos del hombre lo conducen por corrientes que llevan al abismo, pero en otras ocasiones el hombre no pasa por las corrientes sino que va directo al abismo y cuando el hombre se da cuenta su vida se encuentra en picada hacia el fondo de la obscuridad, esto sucede cuando fuerzas y peligros externos al hombre lo llevan a la destrucción, por este motivo el salmista pide a Dios que en su cuidado le permita siempre caminar en tierra firme.

  El tercer peligro es: no dejes que el foso cierre su boca sobre mí; El salmista ha caído por el abismo, lo que primero podía ser controlable por él mismo y aun así clama a Dios para que dirija sus pensamientos y sus pasos, en el segundo peligro el salmista va perdiendo el control de sus acciones y emociones, sus gritos por ayuda y dependencia de Dios se vuelven mas fuertes y finalmente se encuentra atrapado hasta el fondo del abismo solo esperando que aquel poso se cierre y su vida llegue al fin, su ultima esperanza es que ahí donde el ya no tiene ningún control, Dios no permita que aquel foso se cierre, Él sabe que solo Dios tiene el poder de detener todas las fuerzas que están a punto de terminar con su vida.

  Desde este punto Dios puede iniciar la reconstrucción y el camino de regreso, no dejando que el salmista muera y deteniendo las paredes o la boca del abismo, para después extender su mano y sacar su vida hasta tierra firme, para finalmente dar forma a sus pensamientos y hacerlo caminar en novedad de vida.

  En este texto el salmista nos lleva desde una vida normal y fortalecida hasta el fondo de la destrucción, pero siempre en oración en cualquier lugar que nos encontremos Dios es nuestro protector y nuestro salvador, a Él se la gloria por siempre.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

JESUCRISTO PALABRA ETERNA

LUNES PROMESAS DE LA BIBLIA La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. Isaías 40:8 NVI...