VIERNES DE AGRADECIMIENTO
Cuando se trata de expresar
nuestros sentimientos, pensamiento y emociones, por lo regular somos un poco tímidos,
y mas cuando se trata de contárselos a Dios. Por lo regular nos apena expresar nuestras
emociones delante de los demás, de alguna manera nos preocupan las reacciones;
criticas o comentarios, pero al hacerlo para Dios nos preocupa posiblemente el
miedo y la confrontación.
Agradecer a Dios no solo es decirle “gracias”;
también es manifestarle a Él nuestra alegría que tenemos, el gozo de la salvación
que Él nos da; es más y mejor aceptado entre personas un agradecimiento con una
sonrisa, que un agradecimiento con cara de amargura.
El salmista nos enseña que cuando él se disponía
a agradecer a Dios lo hacía de la mejor manera y esto era sin importar las
personas presentes, simplemente el salmista abría sus pensamientos, dejaba que
fluyeran las ideas, abría sus labios y dejaba que todo su cuerpo le expresara a
Dios su gratitud. Muchas personas que se mencionan en la biblia tomaron la
misma actitud que el salmista; tomaron panderos y danzaron frente a Dios.
¿Qué te inspira Dios que puedes hacer para
agradecerle lo que hace en tu vida?; ¡hazlo simplemente! no guardes esa alegría
ni reprimas tus emociones porque esto detendrá el fluir del Espíritu santo en
tu vida; puedes componerle una canción, escribirle un poema, dedicarle una
danza o escribirle un salmo, cualquier cosa que ponga en acción tu cuerpo por
el agradecimiento que sientes por el Él.
No reprimas tus emociones frente a Dios y
mucho menos cuando se tratan de las emociones que te genera tu relación con Él,
eso te da seguridad y más aún crea una relación más estrecha entre tú y Dios.
Cántale un cántico nuevo a Dios, escríbele
tu salmo a Dios esta acción liberará el Espíritu santo que el puso en ti y
sentirás viva la relación que tienes con Él.
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