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jueves, 30 de abril de 2020

VOLVERÉ A ECHAR LA RED


JUEVES DIOS CON NOSOTROS

   Este como todos los jueves trataremos el tema de la compañía de Dios en nuestra vida, en los días anteriores analizamos la compañía de Dios por medio del Espíritu santo, hoy vamos a ver la compañía de Dios en nuestra vida para ejercer los trabajos seculares.

Un tema que llama mucho la atención en la biblia es el ministerio o el llamado de Dios a las personas, y vale la pena mencionarlo por que requiere atención especial; y es el hecho que Dios y Jesús, se acercaron a hombres que tenían una profesión o un oficio, en la mayoría de los casos aún en el antiguo testamento la mayoría de los hombres que Dios utilizó para realizar su ministerio fueron hombres que compartían esta característica.

  En todos los casos nos habla de hombres que, desempeñando activamente su profesión fueron llenos de la presencia de Dios para cosas extraordinarias bajo la unción del Espíritu santo, de alguna manera Dios aprovechó la formación de estos hombres en sus vidas comunes para realizar una transformación, en la mayoría de los casos Dios no tomó un ser de la nada para hacerlo algo, sino mas bien Dios tomó al hombre siendo algo para transformar su vida llenándola de todo.

El texto bíblico que nos ocupa nos relata el encuentro del Apóstol Pedro con Jesús  de Nazaret, en un momento determinado en la vida de Pedro, seguramente un día mas para este hombre acostumbrado a pasar las noches en medio del mar intentado ganar el sustento diario para su familia, todo parece ser que no había nada anormal aquella mañana, en que Pedro y sus compañeros se disponían a retirarse a su casa, nada más pesado que el fracaso después de poner todo el esfuerzo y el entusiasmo en un trabajo o en un proyecto, cuando se ha fracasado el cuerpo y los pensamiento se agotan: no corre la adrenalina de la satisfacción de haber alcanzado el éxito en el trabajo realizado.

Lo primero que aprendemos de Pedro es que para el Señor siempre hay tiempo, siempre Hay fuerzas, aunque el cansancio y la derrota le pedían ir a casa, el escuchar al maestro y palabra de Dios le Dieron fuerza para volver a subir a la barca y servir de lanchero al maestro para que Él impartiera enseñanzas al pueblo.

Después que Jesús hubo enseñado a la multitud y aún a Pedro, es el momento de mostrarle a este lo que significa tener de compañero a Jesús; tener de compañero a Dios en todo cuanto hacemos. El resultado una pesca milagrosa, porque Pedro ya no pesco solo ahora su compañero de pesca fue Jesús.

Dios acompaña nuestras vidas para resultados sorprendentes, en lo que sabemos hacer, en la profesión u oficio que hemos aprendido y que hemos desarrollado por mucho o poco tiempo, posiblemente lo hemos hecho solos y nos encontramos cansados; con ganas de volver a casa, o tal vez nuestra vida y nuestras relaciones, nuestras amistades y compañerismos los hemos hecho solos; y todo nos ha fallado, solo queremos regresar a casa; dejar de luchar, dejar de intentar, nos pesan los pensamientos y las intenciones.

lo primero que tenemos que hacer es aun en medio de nuestro cansancio darle lugar a Dios, darle lugar a la palabra de Jesús dejar que Él nos hable, sacar fuerzas de donde ya no hay tan sólo para escuchar la palabra de Dios, cuantas personas no dan este paso y desganados de la vida, derrotados por los fracasos se dejan vencer y sucumben ante cualquier tentación, o ante cualquier salida fácil.

volver a echar la red, nunca sabremos si la siguiente redada será la buena, terminamos desmayando porque nos falta la fuerza e ilusión de volver a echar la red, muchas veces porque queremos los resultados inmediatos y no sabemos esperar, al ver nuestros fracasos empezamos a pensar; como me dijo un amigo, “a otra cosa mariposa” y pensamos que si cambiamos de oficio o profesión posiblemente nos irá bien, se nos olvida que Dios nos va a bendecir precisamente en lo estamos haciendo, por que Dios nos acompaña ahí donde estamos y precisamente en lo que estamos haciendo.

Como tu me lo mandas echaré las redes, Dios nunca nos pide que cambiemos de profesión u oficio sólo nos pide que en todo lo que hagamos lo tomemos a Él por compañero, Él está con nosotros, no dejemos que la incertidumbre y los problemas nos hagan dejar de persistir, llenemos nuestra vida de su presencia y con la compañía de aquel que todo lo puede ¡volvamos a echar la red!

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