JUEVES DIOS CON NOSOTROS
Para el evangelista Juan la cercanía de Dios
con los hombres es algo real, al iniciar Juan su evangelio es lo primero que
quiere dejar bien claro que la substancia misma del poder que dio forma a todas
las cosas había descendido desde la presencia de Dios hasta los hombres, cuando
leemos los primeros textos del evangelio de Juan parece que estuviéramos
leyendo el Génesis (principio de la biblia y de todas las cosas).
Juan también inicia como el Génesis con una
obscuridad total sobre todos los hombres y con un Dios pronunciando las
palabras, para que con el poder de la palabra de Dios todas las cosas sean
transformadas, la diferencia es que en el Génesis Dios dice la palabra y el
poder de la palabra transforma todas las cosas y las llena de vida; la palabra
solo es el medio donde viaja el poder de Dios, Para el evangelista Juan también
la palabra proviene de Dios, pero la palabra es Dios mismo porque está siempre con
Él, y esta palabra no trasforma como un poder arrasador, sino que esta palabra
toma forma humana con el mismo poder transformador que en Génesis, específicamente
esta palabra tiene un propósito quitar la obscuridad en la que vive el hombre.
Y la palabra se hizo
carne, esa palabra que operó con poder transformador
en el principio para quitar las tinieblas que había en la tierra cuando estaba
desordenada y vacía, esa palabra que transformó toda la creación hasta dejarla completamente
terminada, ahora toma forma humana; se hace carne, se materializa para ser
igual a nosotros, dice también la escritura que Dios intentó hablar con su
creación de muchas maneras en otros tiempos; por medio de la naturaleza con las
cosas creadas por Él; por medio de hombres especiales que Dios utilizaba como portadores
de la palabra; incluso por medio de la biblia, pero estos métodos resultaron insuficientes
para poderse comunicar con el hombre, pero también Dice la escritura que en
estos tiempos; refiriéndose a los tiempos del evangelista Juan nos ha hablado
por medio de su hijo, Jesús es la palabra de Dios hecha carne.
Y habitó entre nosotros, la característica especial de la
palabra de Dios es que es transformadora; es para dar vida, en este caso ya no
es para quitar las tinieblas generales de la tierra como en el Génesis, ahora
es para quitar la obscuridad en la que vive cada hombre cuando se encuentra
lejos de Dios, en el principio la tierra necesitó de la palabra de Dios para
que hubiera luz en ella, ahora el hombre necesita la luz de Jesús también para
quitar toda obscuridad de su vida.
Y contemplamos su gloria, gloria como la del unigénito del padre; Juan fue un testigo vivo de los hechos
de Jesús, por eso el dice que vio la gloria de Jesús; vio su poder
transformador, vio la cercanía de Dios; pero sobre todo vio su amor reflejado
en cada milagro, en cada enseñanza; para Juan el poder de palabra
transformadora estaba fielmente representada por Jesús; Jesús lo llenó todo con
su presencia; Jesús trasformo todo con su poder, no tubo limites; la gloria más
grande fue transformar la muerte en vida, entonces Juan dice que Jesús era la palabra de Dios hecha carne, pero aún más
esa palabra ya materializada tomo forma de Dios mismo entre los seres humanos.
Lleno de gracia y de verdad; De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia, pues
la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han
llegado por medio de Jesucristo. Juan 1:16-17 NVI, Juan ve algo nuevo y extraordinario en la
presencia de Dios, de su palabra encarnada en Jesús; él ve la gracia y dice
gracia sobre gracia, él ve el perdón de Dios y puede ver el accionar de Dios
mediante esta gracia en favor de la humanidad caída en la incapacidad de salir
del pecado.
Dios se ha acercado a los hombres, el poder de
la palabra de Dios ha tomado forma de hombre, y ha descendido hasta nosotros
para darnos la luz que necesitamos para salir de las tinieblas del pecado y de
la muerte, condición que nos tiene atados y prisioneros a nuestra viejas formas
de pensar, de ser y de actuar, la presencia de esa palabra transformadora es en
la persona y la esencia de Jesús, la fortaleza que utiliza para acercarse a
nosotros es la gracia, es decir, el perdón, en otras palabras no pidiendo nada
a cambio para ser trasformados o liberados simplemente por gracia, por regalo,
por compasión, por amor. La respuesta de cada ser humano para ser transportado
a la luz es la aceptación de Jesús como el portador de la palabra transformadora
y aceptar a Jesús como la palabra misma.
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