ÉL CUIDA DE MÍ

VIERNES DE AGRADECIMIENTO

No hay nada más satisfactorio para cada uno de nosotros que ver materializados nuestros sueños, el ver realizados nuestros anhelos y esfuerzos es algo que nos llena de mucha alegría,

Para el salmista David todos sus logros y victorias son bendiciones de Dios, el entiende que todo cuanto pasa en su vida es gracias a Dios, incluso que es por Dios que él tiene la fortaleza para luchar y enfrentar las adversidades, Bendito sea el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para la guerra, mis dedos para la batalla. sal 144:1 NVI, por este motivo es que él dice que es Dios quien le permite ganar las batallas poniendo a los pueblos bajo su dominio.

Él es mi Dios amoroso, el apóstol Juan dice que Dios es amor, igual que el rey David, estos hombres pueden ver el amor de Dios actuando en sus propias vidas, ellos no pueden percibir a Dios de otra manera, solamente al creador utilizando todo su poder en favor de los hombres.

    Mi más alto escondite, podemos tener lugares donde escondernos para escapar del peligro, pero todos los escondites del hombre son vulnerables en algún momento, por eso es mejor que nuestro escondite este fuera del alcance del hombre y aun fuera de nosotros mismos.

    Mi libertador, dice el salmista, El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; salmo 103:4 NVI, Solo él puede librarte de las trampas del cazador    y de mortíferas plagas, salmo 91:3 NVI. no hay lugar o peligro alguno de donde no pueda librarnos el Señor.

    Mi escudo, antes que las agresiones lanzadas por nuestros enemigos puedan llegar a nosotros, esta nuestro Señor quien nos sirve de escudo para mitigar o detener cualquier dardo que intente dañarnos, cuando tenemos tal confianza en el Señor sabemos que ningún mal llegará a nosotros por muy dañino que este sea.

   Y por último Él es nuestro refugio, es en quien podemos encontrar consuelo en momentos de tristeza o soledad, solo Dios es nuestro amigo y fiel consejero, en Él podemos refugiarnos hasta que las tempestades de nuestra vida hayan pasado.

   Por todo esto que representa Dios en nuestra vida vivimos agradecidos con Él, y constantemente nos dirigimos a Él con nuestros labios llenos de alabanza.