Es gratificante y consolador escuchar la vos
de Dios, sin importar la condición o la circunstancia en que nos encontremos, siempre
nuestro creador emitirá la palabra perfecta que venga a llenar nuestra vida de
fe y esperanza.
Toda la tierra me pertenece:
con esta declaración de nuestro Dios pone a todo ser humano en el mismo nivel y
bajo la protección amorosa de Él, a todos nos pone bajo su justicia y bajo su
voluntad, desde los lugares mas alejados de la civilización; hasta los lugares
mas prominentes y desarrollados, todos le pertenecemos al creador de la vida.
Con esto nos queda muy claro que según el
amor del creador todos somos aceptados por Él ya que todos somos hechura de su
mano; también aquí podemos incluir a todos aquellos que por situaciones sociales
no les ha llegado el conocimiento de la palabra de Dios y también a aquellos que
por sus grandes conocimientos y avances económicos tienen acceso a la información
y estudios bien organizados de la palabra de Dios.
Por encima de todo el amor de Dios y todo
el anhelo que Él tiene por su creación, si existe una limitante para ser amplia mente bendecidos por Él y recibir todas las bendiciones que Él promete; esta limitante
es obedecer y cumplir las leyes de Dios, así como vivir bajo los valores que el
enseña en su palabra.
Por mas que queramos llamarnos hijos de Dios,
que reclamemos este derecho frente a Dios y por mas que nos llenemos de
soberbia al declara que somos hijos de Dios y que todos somos hechura de sus
manos, también debemos reconocer que Dios estableció leyes y obligaciones en
los seres humanos para el buen funcionamiento de la sociedad.
Si observamos los desarrollos de las sociedades
en todos los países nos vamos a dar cuenta que aquellos países que guardan los
valores establecidos por Dios son los países mas desarrollados con un espíritu de
igualdad y compañerismos entre sus habitantes mas notable, podemos darnos
cuenta de que en sus sociedades hay mas igualdad y que sus valores que
practican los han llevado a establecer reglas que les permiten ser países de
primer mundo.
Por el contrario, están los países que no
guardan la palabra de Dios y que sufren mucho por las dictaduras de sus
gobernantes donde parece que están inventando leyes y reglamentos que favorezca
a los mas poderosos, posiblemente si cuenten con riquezas y opulencias materiales,
pero no cuentan con riquezas morales y espirituales, y estos países están destinados
al colapso.
Una forma de escuchar la poderosa palabra
de Dios es obedecer sus leyes y cumplir su pacto, con esto seremos su preciado
tesoro y el llenará de bendiciones nuestra vida.
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